Hay alguna caricia osada pero increíblemente tierna y tímida en mi rodilla.
Esas caricias de una primera o segunda cita, en un cine o en un teatro, donde no puedes hablar realmente y no puedes girar mucho la cabeza para no perderte el espectáculo y sobretodo porque no quieres que se note tanto que estás mirando. Aún así, quieres sentir una cercanía y demostrar interés de alguna manera; así que optas por posar tu mano en la rodilla o en la mano del otro y es una caricia tierna pero está tensa y expectante de una reacción. Tiene algo de miedo por si es demasiado osado, y avanza tímidamente, por si hay que volver atrás.
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