Hoy, cumple años mi madre.
Sí, es la persona que me ha fabricado y aquí hablo literalmente. Pero no es sólo literal.
No sé vosotros, pero yo tengo muy buena relación con mis padres. Y la gente que me conoce sabe que esto es cierto. Estar con ellos es un cachondeo. Al menos ahora, que soy más mayor.
De pequeña mi padre me inspiraba mucho respeto. Mi madre también. Para mí, mi madre era la persona que jamás dejaría que algo mal me pasase.
Sí, mi padre me imponía respeto, e igual, debido a su tamaño, camufla a mi madre. Pero no para mí. Para mí, mi madre es esa persona que en casi veinte años sólo he visto llorar una sola vez. Mi madre es esa viga a la que siempre me puedo agarrar. Mi madre es toda la fuerza que a mí muy a menudo me falta.
Ella me impulsó a leer desde pequeña. Nunca imaginó que devoraría los libros como ahora hago. Nunca imaginó que leer me inspiraría tanto como para escribir. Supongo que nunca imaginó que elegiría esto como pasión y, espero, profesión.
Sin ella no sólo no hubiera nacido sino que no sería la persona que hoy soy. Gracias.
Feliz cumpleaños, mamá.
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