Personalmente, detesto las redes sociales. Me parecen una pérdida de tiempo completa.
Y lo dice una persona que se ha mudado miles (manera de hablar) de veces y por consiguiente ha cambiado de colegios e institutos como de ropa. He conocido a mucha gente, muchísima y de la mayoría ni me acuerdo de sus nombres. Si me acordaría los podría buscar y hablar y recuperar el tiempo perdido. ¿Pero para qué, si realmente jamás me han caído bien?
Las redes sociales son empresas. Y se aprovechan de la necesidad humana de sentir proximidad, compañerismo y atención. Es una pena, de veras, que no se me ocurriera a mí. Ahora estaría forradísima.
Las únicas que se escaparían son las útiles, como MySpace Music, gracias a la cual, amigos míos y muchos más, se han hecho famosetes y pueden vivir de la música. Lo que era su sueño. Lastfm también se salva. Y no es una red social propiamente dicha.
También me parecen útiles las redes de contacto porque permite a personas encontrar pareja que por otros medios no podrían conseguir debido a la timidez, por ejemplo.
Las redes como Facebook son útiles para las grandes empresas. Pues gracias a esta necesidad que tenemos los humanos a sentirnos próximos a mucha gente hace que todo el mundo en la empresa se conozca. Lo que crea un sentido de comunidad y equipo y hace que el trabajo sea más ameno y haya más rendimiento. (Aunque la mayoría de las empresas han bloqueado su acceso para que sus trabajadores no puedan perder el tiempo en ellas cuando tendrían que estar trabajando).
Pero, bromas aparte. ¿Para qué demonios puede servir tener una granja o una pecera en una página web? El mundo virtual se ha impuesto al mundo real y las personas prefieren este mundo virtual porque todo son sonrisitas y "qué guapa sales en esa foto". Las redes sociales fomentan la hipocresía y las burlas.
No habría oído yo veces: "qué gorda que salía en esa foto" o "¿has visto la foto en que Pepita sale besando a Pepito? ¡Qué fulano, tiene novia!". Se pierde por completo la privacidad. Todo el mundo sabe lo que haces por las fotos que cuelgas (o que cuelgan) de ti o la información que das.
¿Pero ese no es el objetivo? ¿Tener atención y que hablen de ti, aún siendo de malas maneras?
No soy asocial, todo lo contrario. Soy una persona muy sociable. Pero en la vida real. No en una vida imaginaria virtual.
Tuve un blog hasta que se convirtieron en la moda del momento y todo el mundo tenía uno. Lo borré. Y cuando los blogs se hicieron menos famosos (ahora) me hice otro. Los blogs no son una red social, pero cada vez más las redes sociales tienen blogs internos.
Se conoce mucha gente con un blog (buena, mala, enferma, idiota) y toda esa gente es nueva. Tiene nuevos intereses (aunque ya digo, algunos enfermizos).
En una red social como Tuenti (la más usada en España) hablas con gente que ya conoces y que seguramente te importan un pimiento. Pero lo haces por cumplir.
Pues yo me niego a perder el tiempo con las redes sociales. A conocer a gente que ya conozco. A curiosear por sus fotografías y a criticar. A conocer a gente que no conozco pero que conocen a un amigo mío. A hablar gente que conozco pero que me caen mal.
Va contra mis principios perder el tiempo así. Ya pierdo suficiente tiempo con el blog como para convertirme en una maruja moderna con esto del internés.
Texto presentado en un trabajo de una asignatura de mi carrera.
Cuando mandó el trabajo me dije: "Que pida opinión personal, que pida opinión personal" y la pidió. Le gustó.